Friday, January 29, 2010

Reflexiones desde mi Corazón

No hay nada en este mundo como la música. Tenía tantas cosas en mente... Sentí ganas de escribir, simplemente de escribir y tratar de poner en palabras un poco de lo tanto que he estado viendo, observando, sintiendo, experimentando... Pero faltaba algo. Mi inspiración andaba algo coja. La solución: Buena música. ¿Quién? Alejandro Sanz. Su música -para mí- es literalmente un alivio para el Alma. Todas y cada una de sus canciones tienen algo especial. Por supuesto, siempre unas más que otras. Y la canción también depende de la ocasión.

Es increíble como para muchísimas personas, durante toda su vida, la música puede hacer "magia". No se trata de quién o qué grupo es nuestro favorito, sino de lo que nos hace sentir. Y eso, por supuesto, varía según cada persona. Bendita sea la música de todas las épocas, de todos los géneros, de todas las culturas, por ser capaz de hacer vibrar corazones, despertar y acariciar emociones, sublimes y geniales sensaciones.

Ésta es -en mi opinión- más que música, poesía. Quizá se debe en gran parte a cómo me identifico con la forma de sentir y pensar de este artista, quien desde que lo descubrí, cuando tenía aproximadamente 12 años, se convirtió en el único cantante al que podría llamar "ídolo". Son muy pocos los conciertos a los que he ido en mi vida, no porque no quiera o no me gusten, sino porque usualmente son bastante costosos y prefiero emplear el dinero en otras cosas, o porque simplemente sólo pagaría por aquello que sé que me llenaría plenamente. Por eso, estuve en uno de los conciertos de Alejandro, y jamás lo olvidaré. Pagué por otro, no hace mucho tiempo, pero resulta que un presidente decidió que no podría verlo... Este tipo de cosas atacan lo más preciado para mí en la vida, junto al Amor y la Comunicación, LA LIBERTAD.

Pero como dice la frase, "pueden quitarnos hasta la vida, pero jamás la Libertad". Pueden impedir que venga y cante aquí, en Venezuela, pero no pueden impedir que siga cantando ni que gente como yo siga escuchando su música. Cuando algo realmente te apasiona, en la cordura y en la locura, no hay límites. Y esto se aplica a infinitos casos en la vida.

Escribo y lo escucho. La melodía suaviza las tristezas y recarga las esperanzas. La voz de un hombre como él causa además una ternura especial. Y más cuando uno es mujer.

Es tan relajante saber que hay gente que siente/piensa como tú; especialmente cuando el mundo está cada vez más corrupto y cuando, a pesar de permanecer andando, parecemos estar cada vez más extraviados.

Vienen unas sutiles ganas de llorar, no puedo expresar cuál es exactamente el sentimiento, al menos no por medio de las palabras. Pero estos son los momentos donde me gustaría decir que existe algo que no es tristeza, ni impotencia, ni alegría... ni tantas otras cosas que ya tienen nombre... Es una mezcla con una pizca de todo a la vez y algo más... Ese algo es el ingrediente final. Y todo esto es lo que me hace amar la Vida con unas fuerzas infinitamente profundas, a pesar de las decepciones, frustraciones y tristezas o nostalgias que uno arrastra.

Hay gente que sueña con ayudar a ancianos, otros a niños, a gente pobre o desamparada... Yo, sería feliz haciendo todo eso, y ha sido inexplicablemente gratificante la sensación cuando lo he hecho (creo que es momento de incrementar el número de veces). PERO, si se tratase de "elegir" a un grupo de esos, elegiría a los lisiados de la mente o el corazón. Esos que sufren en silencio, que a veces no pueden -aunque quieran- ser parte de la realidad y aportar su grano de arena a la sociedad, porque se han abandonado a sí mismos. Ojalá pueda algún día tenderles la mano a esos que muchos llaman "locos", y que efectivamente muchos pueden estarlo un poco... Y quiero aclarar que no me refiero a la gente "normal" cuando está triste y de bajos ánimos. Hablo de los que realmente están SUFRIENDO, están deprimidos, llenos de angustia o de miedo... Algunos quizá ya no tienen remedio y es muy lamentable. Pero sé que hay otros tantos que luchan día tras día para combatir una voluntad frágil.

He conocido gente que sufre por cosas que para otros -generalmente muy "miopes"- son culpa de ellos mismos. Hablo de gente anoréxica, bulímica, homosexuales, drogadictos, abusados, maltratados, depresivos, obsesivos, compulsivos... Esa gente que ha pensado hasta en quitarse la vida y sería capaz de hacerlo. La falta de fuerza interior, entre otras cosas, hace al cuerpo y la mente débiles, hunde a la gente en abismos que otros no pueden ni siquiera imaginar.

Yo quisiera, desde el fondo de mi Alma y corazón, que en este mundo menguara el dolor de esa gente y encontraran el valor de quererse a sí mismos lo suficiente como para poder ser felices y encontrar de nuevo la esperanza, y con ella y un esfuerzo constante, la sanación y salvación.

Quiero pedirles a aquellos que lean esto (y es un mensaje que de una u otra forma trato de llevarle a la gente que me rodea) que por favor NO JUZGUEN. Quizás no quieren o pueden ayudar (cabe destacar que hay veces en que de hecho no convienen ciertas ayudas), al menos no juzguen. Les aseguro que cada persona es un Universo distinto, y que a pesar de ciertas cosas que pueden parecer obvias o predecibles, el camino y la experiencia de cada persona es algo absoluta y totalmente particular. Puede haber senderos parecidos, pero jamás iguales. Y cada quien es como es por alguna razón.

Como Comunicadora Social y amante del ser humano y toda la naturaleza, considero que es vital entender la diferencia entre juicio y opinión. Y lo más importante no es que la comprendamos, sino que actuemos con conciencia de ello. Además, recordemos que "todo lo que va, viene". Lo digo como observadora, pero sobre todo, por experiencia propia. Sabemos dónde hemos estado y dónde estamos, pero no sabemos en dónde estaremos.... Construyamos entonces una forma de vivir que nos permita asegurar un camino libre, lleno de bendiciones, y una mente limpia de remordimientos.

Con mucho cariño y desde ese lugar invisible pero certero que tantos llamamos "Alma",

AndreínaLP

PD: Gracias, Alejandro, por haberme acompañado durante esta reflexión... :). (CD: "Básico").