no tengo respuestas ni tengo tu voz,
tan solo el recuerdo de bellas palabras
rompiendo en mil dudas este corazón.
No entiendo el silencio que no habla,
es como el mar frío justo bajo el Sol.
Las noches de insomnio me dejan sin nada,
sólo esta zozobra que anuncia un adiós.
De tanto que espero ya pierdo la cuenta;
ya no sé qué es justo, ya no sé qué no.
Me pierdo en los días de un presente turbio
por las aguas malas que tu ser dejó.
Busco a Dios cada noche en mi almohada
para ver si me escucha y me da una señal,
pero es tan duro a veces que no lo comprendo;
va colgando mi Alma de una Fe sin paz.
Estoy tan gastada de las despedidas
-las que no se dan en lo literal-
que son como hielo que se ha derretido,
que son como un sueño a medio colorear.
A veces quisiera sentir mucho menos,
no querer de esta forma que cuesta aguantar;
intento mil veces hacerlo distinto,
y mil veces caigo, no puedo cambiar.
¿Cómo no te duele hacer este daño?
¿Cómo es que la gente puede ser así?
El egoísmo carcome lo hermoso
y con él sin temores me apartas de ti.
AndreínaLP
