Me he vuelto sorda y anhelo ser ciega.
La vida trae ilusiones y así mismo se las lleva.
Y otra vez, no queda nada.
Me topo con una voz nerviosa y sincera,
con unos ojos grandes que lloran de emoción,
pero todo se pierde en el tiempo
y ya no queda nada.
Otras veces, en medio de algo parecido al olvido,
aparecen sombras,
preguntan cosas y se sorprenden de la verdad
y de que hoy, entre tú y yo, no queda nada.
Cierro los ojos y vienen memorias,
todo es pasado y no encuentro la forma de olvidar,
no quiero perder el presente pero está empapado de vacío,
y no queda nada.
AndreínaLP