Sunday, February 13, 2011

Encantamiento

Sin brujas ni dragones,
sin castillos ni desiertos,
sin el príncipe azul
ni aquellos bosques inciertos;
le pidieron a la niña
que eligiera su gran sueño,
advirtiéndole que todo
en la vida tiene un precio...

La chica no era princesa,
su vida tampoco un cuento,
pero nunca perdía la Fe
y se arriesgó sin pretextos.
Fue entonces cuando en ella
cayó un duro encantamiento,
y el coste de su alegría
le valió muchos infiernos...

Han pasado tantos años...
no se va el encantamiento.
Sigue sin ser princesa
y ha perdido varios sueños...
Dejó de creer en príncipes,
dejó de creer en velos.
Ya no lleva la corona,
su familia la destrona.
Nunca más será la misma,
lleva mil marcas que agobian,
que la hunden en las sombras
y le recuerdan su historia.

Y la joven -que no es tan joven-
no quiere escuchar halagos,
pues sabe que lo que brilla
no siempre es oro en sus manos...
No quiere quebrarse el Alma,
tan solo romper cadenas;
que al fin se acabe el hechizo
para que su Libertad vuelva.

Ya no quiere hacer más daño,
nunca a ellos, nunca a ella.
Pero el mal que la ha atacado
es muy fuerte y no la deja.
Aunque parezca mentira
y no haya brujas despiertas,
hay cosas aún peores
de lo que la gente observa...

Le perdió el miedo a los malos,
ahora le teme al Amor,
no sabe si podrá darlo,
no sabe si verá el Sol.
Y se refugia en su mundo,
no quiere desilusión.
Es como la noche y el día,
como el fuego en extinción;
va quemando su alegría
y luego cae en depresión.

Sufre ratos en tinieblas,
nadie sabe su dolor...
Y aunque ni ella lo entiende,
todavía escucha una voz...
Le dice que no se caiga,
que con ella sigue Dios,
que incluso las pruebas más fuertes
tienen todas su razón.
Y así, en medio de su martirio,
rodeada de un mal sabor,
aún conserva la Fe en el Alma,
la Esperanza... y el Amor.

AndreínaLP

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