Improvisación a medianoche I

Entiendo tan perfectamente tus silencios
que me da temor solo el verte.
Entiendo tan perfectamente tus miradas
que no necesito que digas nada.

Eres como las estaciones en mi pensamiento,
pero ya no eres real.
Te mezclas con otros rostros,
no menos importantes,
pero sí menos hirientes.

Cada pensamiento tuyo hace daño,
cada intento de acercamiento es sesgado por el destino;
fotografías que se borran,
mensajes que se esfuman,
sueños cada vez más lejanos...

Sigues siendo de carne y hueso, pero no,
ya no eres real.
No es real la mirada que cautiva
ni las manos que dan abrigo.
No es real tu dulce sonrisa
ni tus ojos claros y buenos.

Ya no hay pensamientos
que te traigan sin duelo.
Ya no hay ojos sin hielo.
Apareces como sombra:
borrosa, lejana y gris.
Y al igual te desvaneces,
como lo hace un desliz.

Todo parece una trampa;
mi destino, tu marioneta.
Y lo que creo me ayuda
a la larga es como hiedra.

No estás pero estás siempre.
Yo estoy y no estoy mejor.
Y mi Fe, que siempre ha estado,
ha llegado a sentir temor.

Ojalá tu corazón
pueda sanar algún día,
para que no haya reconres
y así mi corazón reviva.

En fin, fuiste otro visitante
del salón del corazón,
que ahora se encuentra vacío,
a veces en calma y otras no...

AndreínaLP

Escrito del 01/12/2009.